Cada vez que sentimos el llamado profundo a la sanacion, es decir a ir profundo con nuestros síntomas, enfermedades, condiciones, emociones y todo lo que nos atraviesa como seres humanos, estamos en una búsqueda intensa de conexión de apertura hacia algo más complejo y profundo, estamos yendo hacia conectar con lo que un circuito muy complejo de sensaciones, estímulos orgánicos y energéticos, respuestas y reacciones que brotan de el centro más complejo a interconectado que tiene nuestro cuerpo: el corazón.
Ese camino de ida va abriendo paso hacia nuestra medicina propia, a auto regularnos y a superar o trascender lo que nos aqueja.
En mi vida he atravesado, muchas veces con drama, la intensidad de estar sufiriendo física como emocional y espiritualmente porque todo está conectado; nuestros cuerpos sutiles se interconectan con el cuerpo físico para que este sea el canal por donde "nos enteramos que algo no está bien". El problema es que algunos no somos capaces de escucharlo, dejamos la urgencia de hacer hoy lo que nuestro cuerpo nos pide para dejarlo para después, y ahí es donde perdernos la conexión poco a poco. Nos dejamos para después, no dejamos llevar por el agobio del hacer para el futuro cuando nuestro cuerpo que es pura materia y energía manifiesta solo vive el hoy.
Es por eso que en mi propio caso, cuando busque la sanacion, me di cuenta que lo primordial era atender esta conexión cuerpo, mente y alma y alinearlas en el momento presente.
La mente es pura energía en permanente transformación y movimiento (éter y aire) y se comunica con el mundo externo a través de los 5 sentidos. Cuando no controlamos esta función (la mente), nos volvemos exclavos de ella y en cuanto no la alimentamos correctamente esta se desboca cual caballo ciego a libre galope sin dirección.
Entender que yo no era mi mente, que mi mente es una función que debo alimentar correctamente a través de mi sentidos ( consumiendo solo aquello que me daba paz y enseñanza) me libero de ese galope insensatente de ida y vuelta del futuro al pasado, y pude conectar las sensaciones de mi cuerpo y poner foco en lo que estaba pasando en mi mundo interno.
Poco a poco mas estímulos saque mas hacia adentro pude ir.
Entonces la propuesta es que vayas hacia adentro desintoxiques tu mente como un primer paso eligiendo bien lo que ves, lo que oyes, lo que comes y saboreas, lo que tocas y lo que hueles. Es decir, sacraliza tus espacios u momentos, busca conectar con eso que te nutre espiritual y emocionalmente, que te da placer y disfrute, que te libera y aliviaba y que es sano por naturaleza.
Práctica todos los días, incluso si de vez en cuando fracasas continua. (es normal y esperable no poder todos los días todo el tiempo, el camino es a veces arriba, a veces abajo, a veces perderse), solo si continuas y sostienes aunque sea un poquito notarás la transformación.
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Con amor y corazón, Ale Naranjo
Medicina del Corazón