La energía de la estabilidad y la estructura está ligada al cuerpo, a las sensaciones que este nos propone y habitarlo es una forma de estar presente, de dirigir la atención hacia adentro.
En el hemisferio sur estamos yendo con el invierno hacía un tiempo de descanso, si aprendemos a acompañar el ciclo del bioverso veremos que todo en la naturaleza se detiene para tomar este impasse que permite regenerarse para la próxima estación solar. El sol nos ilumina desde lo más lejano para que volvamos a la tierra, a la materia y nos reincorporemos a ella. La madre nos espera para nutrirnos y alojarnos en su matriz divina.
Desde ahí conectamos con esa esencia femenina, de la fuerza de la cohesión del agua, de la oscuridad y estructura material de la tierra como cuerpo, de la Shakti que nos habita sin importar si somos hombres o mujeres, (todos tenemos esa energía femenina que significa disfrute, gozo, vacío, no mente).
El cuerpo siente cuando la mente no está pensando. Nos cuesta mucho entrar en ese misterio porque los estímulos sensoriales nos invaden y disparan la mente permanentemente desde afuera.
Conectar con la Shakti nos permite viajar a ese lugar donde lo sensorial es interno y se explora desde ahí. Por eso, te invito a viajar con las sensaciones de tu cuerpo como tu respiración calma, sin forzar, sin juzgar, escuchar tu latido en medio del silencio, otorgarte unos minutos de meditación consciente mientras te bañas, en cómo cae el agua sobre tu piel, a comer saboreando, encontrándote con los aromas y las texturas, o quizás, a regalarte una buena música y un baile a solas, con tu sombra, para sentir y conectar con las energías de los chakras inferiores que nos llevan a enraizar con la tierra.
Feliz solsticio de Invierno. Explora tu Shakti!
Con amor y corazón, Ale.