En este artículo te comento un poco cómo aprendí a sanar mi mente para después sanar mi cuerpo, te doy 4 consejos fundamentales para que lleves tu condición de salud a otro nivel y te encuentres con el mundo de la transformación y la sanación mas genuinamente.
Hace un tiempo sufrí episodios de agravamiento de una enfermedad que afecta mis pulmones, todos estos episodios ocurrieron en momentos de trabajo y mucho estrés, como médica, mi trabajo implica que esté disponible para otras personas. Yo sabía muy bien cómo cuidar de otros pero ponerme a mi propio cuidado me resultaba ajeno, incómodo y en algunos momentos lo rechazaba como una posibilidad (siempre había algo mas importante para hacer). Cuando termine internada, recibiendo cirugías y tratamientos altamente intensivos y cruentos que me dejaban sin poder moverme por varios días, tuve que ponerme en contacto directo con el dolor de haberme dejado para después: me abandoné porque no me valoraba realmente cómo lo hacía con los demás. ¿Raro no? Por qué siendo una profesional de la salud no sabía cuidarme, no sabía sostenerme, no sabía parar a tiempo, ni mirar hacia adentro o encontrarme con mi sentido de valor, de autocuidado. de mis dolores físicos y del alma, de mis heridas y también de mis síntomas.
Eso fue un shock definitivo que me llevó a declarar que para sanar necesitaba mirarlo, darle el tiempo que requiere y ocuparme de mí misma primero para poder estar integra, sostenida para poder dar una respuesta genuina a los demás.
Muchas veces no nos damos cuenta desde qué límites estamos parados, desde qué borde actuamos, siempre con buena intención nos brindamos hacia afuera pero no sabemos sostener la esencia principal que nos impulsa a ayudar y estar presente para las otras personas.
Mi invitación es a que reflexiones y te encuentres con ese límite, creencias, desconexión de tus propias necesidades y te des un tiempo de parar.
A veces es suficiente con 5 minutos al dia.
Mis consejos para atravesar este borde natural del autocuidado es que:
Dediques tiempo a lo que te sucede: el tiempo de autocuidado debe estar en tu agenda ( no importa si eres profesional o no, siempre hay una agenda de quehaceres y es importante que sepas de antemano cuánto y cómo vas a dedicarte a ti). Así no será tan fácil para la mente evitar o ponerte excusas para no cuidarte.
Abre el espacio de sanación hacia otros planos y no solo para lo físico; con esto me refiero a que somos un todo, cuerpo, mente y alma, Entenderte desde los espacios sutiles también ayuda a tu cuerpo físico a encontrar un camino de sanación que deviene de alinear todas estas fuerzas energéticas y físicas. Explorando tu mente con la meditación, tus creencias limitantes, bordes espirituales, todo lo que conforma en diversos planos ayudas no solos a sanar en lo físico sino a través de los canales energéticos.
Acepta tu vulnerabilidad pidiendo ayuda; cuando estamos acostumbrados a ser los salvadores cuesta un poco o mucho aceptar que necesitamos ayuda, simplemente porque no sabemos estar en el lugar del salvado. Tu vulnerabilidad es un espacio de mucha fortaleza, porque te enseña cual es el espacio empático y compasivo donde conectas con el otro. Cuanto mas conectes con esa debilidad o vulnerabilidad mas y mejor podras ayudar a los demas.
Invierte en tu sanación: luego de reconocer la vulnerabilidad pedir ayuda idónea, compañía en el proceso es indispensable para evolucion del espacio de autocuidado, dedicar tiempo y recursos para sanar es lo más importante para lograr bienestar físico, mental y espiritual duradero, sostenible y de transformación personal.
Desde mi experiencia te comparto lo que más me ha servido para sanar (que es mucho mas profundo que curarse), desde este lugar acompaño con compasión conmigo misma y con los demás, espacios de autocuidado, transformación y sanación.
despúes de ser cuidadora primaria de mi mama estoy en el proceso de aprender a cuidarme y ponerme cómo prioridad ha sido dificl