Cualquier niño busca seguridad, límites para la seguridad, amor incondicional y nutrición. Desde que nacemos no somos capaces de realizar todas esas acciones pues no podemos valernos por nosotros mismos. Para eso, esta el núcleo donde crecemos, quienes deberían asegurar ese papel en nuestras vidas.
Si bien los padres perfectos no existes, y si existiesen, aún así, es posible que vivamos con alguna herida que de adultos nos cohibe en los comportamientos y nos limita en la entrega y el dar amor. Estas heridas se enraizan en esos momentos donde siendo niños nos sentimos vulnerados, poco valorados y sobre todo poco amados. Algo nos faltó y crecimos con esa herida abierta que puede volver a sangrar cada vez que estamos en contacto con situaciones que nos recuerdan que aún no hemos sanado.
El niñ@ que vive en vos y al que denominamos niñ@ interior porque permanece atrapado en esa situación primal sintiendo el abandono, la desvalorización, el rechazo, la traición o la mentira que impide confiar y la injusticia. De adultos estas heridas y las huellas que dejaron provocan ansiedad, depresión, fracaso en las relaciones afectivas, pensamientos obsesivos, mayor vulnerabilidad hacia determinados trastornos, problemas del sueño, actitud defensiva o agresiva, inseguridad, miedo, desconfianza… entre muchos otros comportamientos.
Finalmente estamos aquí desde un lugar restringido y de miedo intentando ser adultos con un niñ@ chiquito (sin importar cuán traumático haya sido esa situación), tratando de seguir adelante con esas piedras en el zapato.
Esto tiene un impacto tan importante que sanarlo o al menos tomar consciencia de ello ayuda a avanzar y entender los procesos desde donde nos movemos en la vida y también en nuestra interacción con los otros.
Cada vez que miramos hacia esa ventana interna nos decimos como adultos sí, acá estoy y quiero sanar, evolucionar y ser mejor persona en este mundo. Sin esta conversación con tu niñ@ interior es, muy difícil avanzar, pues es tu raíz de aprendizaje.
Como médica terapeuta holística en la Medicina del Corazon, y tambien en mis propios procesos, he visto como estas heridas se relacionan con:
Exceso de alimentación y tendencia a la obesidad
Apegos desmedidos a situaciones y personas
Elecciones que no son coherentes con el proyecto vital
Abuso de sustancias
Respuestas ansiosas, obsesivas y agresivas ante situaciones o relaciones
Miedo y desconfianza
Baja autoestima
Estrés crónico que a largo plazo provoca enfermedades degenerativas
Yo misma he pasado por el proceso dificil pero liberador de encontrarme con ese velo oscuro de mi vida, sin afán de culpabilizar a nada ni nadie cruce ese valle con la única intención de volver mi vulnerabilidad una fortaleza. La misma herida hoy es un libro, hoy es mi ganas de ayudarte a superar esas heridas, hoy es la fuente que nutre mis talleres y ruedas medicinales, el acompañamiento y la brújula que le pongo a mi corazon.
Sigo sanando, sigo pasando por espirales de aprendizaje que la vida me pone para darle mas impulso a mi trabajo pero mas que nada a mi evolución como ser humano. Hoy me perdono por cada vez que me moví desde el miedo primario de una herida que debo seguir sanando, pero que con mas consciencia me permite avanzar mas cercana a la energía primal del amor incondicional hacia a mi y hacia mi núcleo que hizo cuanto pudo con las herramientas que tenía en ese momento evolutivo. De esa manera libero a los demás de la culpa, me libero a mi de actuar desde el miedo y se que cada paso donde aprendo hago lo suficiente con el amor que tengo aquí y ahora.
Para darte el impulso a iniciar esos primeros pasos escucha este audio gratuito donde te regalo una meditación con ese niño para que le hables y le digas que estas aca y que hoy eres el adulto que necesita.
Audio gratuito, solo te pedirá un mail, el costo es 0 aunque dice comprar ahora
Con amor y Corazón, Ale Naranjo
Medicina del Corazon
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